Cecilia Pilar, presidenta de Manos Unidas, valora el Informe SOFI publicado por Naciones Unidas

Cecilia Pilar, presidenta de Manos Unidas

El último Informe SOFI, publicado recientemente por cinco agencias especializadas de Naciones Unidas, aporta un dato demoledor: en los últimos años, el número de personas que pasan hambre en el mundo no ha cesado de aumentar hasta situarse en los 733 millones en 2023.

El Informe SOFI, que acaban de publicar cinco agencias especializadas de Naciones Unidas, alerta además de que, de mantenerse las actuales tendencias, en 2030 unos 582 millones de personas sufrirán desnutrición crónica, la mitad de ellas en África.

«En Manos Unidas, una organización que nació hace 65 años como una Campaña contra el Hambre, todos los veranos esperamos la publicación de este informe con la esperanza de ver un retroceso en las cifras del hambre», dice Cecilia Pilar, quien lamenta que «a pesar de las promesas y de los grandes titulares, el número de hambrientos sigue creciendo –sobre todo en África- a la par que aumentan las desigualdades y la brecha que separa a ricos y pobres».

Este informe de la ONU señala que la inseguridad alimentaria y la desnutrición están empeorando debido a una combinación de factores, como el cambio climático o la persistente inflación de los precios de los alimentos, que continúa erosionando los beneficios económicos de una gran cantidad de personas en muchos países. Pero, además, Cecilia Pilar apunta a los conflictos, las migraciones forzadas, el maltrato al planeta… como causas que hacen imposible que todos los seres humanos hagan efectivo su derecho a la alimentación. Entre ellas, destaca el despilfarro de alimentos.

Inadmisible desperdicio de alimentos

Proyecto Manos Unidas en Etiopía (Marta Carreño)

«Hoy», explica Pilar, «en el mundo se desperdicia un tercio de los alimentos que se producen a nivel global. Esto disminuye en una tercera parte la disponibilidad real de alimentos ya producidos; provoca precios más altos e inaccesibles para los más pobres y vulnerables; y causa daños ambientales, en la producción o la distribución, por ejemplo, sin ninguna utilidad». Y lo que es peor, contribuye a que 733 millones de personas pasen hambre. «Una cifra demoledora que debería hacer sentir vergüenza a toda la humanidad», agrega Cecilia Pilar, presidenta de la ONG de la Iglesia Católica.

El hecho de que una de cada once personas en el mundo pase hambre «reclama a voces denuncia, acción y cambios en nuestra actitud y en nuestros estilos de vida», asegura la presidenta de Manos Unidas. «Como organización de lucha contra el hambre y la pobreza, no podemos ni queremos dar la espalda a una terrible realidad que afecta a tantos millones de personas y condiciona sus vidas presentes y futuras. Porque el hambre no es ni una fatalidad ni el fruto del destino, sino la consecuencia inaceptable de un mundo organizado de manera que los intereses económicos prevalecen sobre los de las personas», afirma Cecilia Pilar quien cita a Jean Ziegler, analista político y ex relator especial de Naciones Unidas para el derecho a la alimentación, para resumir «mejor que miles de discursos» la realidad del hambre: «No hay fatalidad. Que un niño muera de hambre es asesinato».

El trabajo de Manos Unidas en su lucha contra el hambre, la pobreza y las desigualdades

Proyecto Manos Unidas en Perú (Ana Castañeda)

«Hace 65 años que un grupo de mujeres de la Acción Católica Española se liaron la manta la cabeza y decidieron unir fuerzas para declarar la guerra al hambre en el mundo. Ese fue el germen de la actual Manos Unidas», relata Pilar. «Desde entonces, no hemos cejado en nuestro empeño de conseguir que el hambre pase a la historia, explica, pero para eso hacen falta muchos esfuerzos y un alto grado de voluntad política que, hoy en día, parece existir solo sobre el papel», denuncia la presidenta de la ONG.

Desde su fundación, Manos Unidas impulsa proyectos de cooperación al desarrollo que promueven una producción y consumo de alimentos más sostenible y que permiten, a su vez, mejorar la calidad de vida de los pequeños agricultores. También propone medios eficaces para combatir la pérdida y el desperdicio de alimentos.

«Trabajamos alineados con la realidad de las personas más vulnerables de los países del Sur, colaborando en centenares de proyectos, financiándolos y apoyando tanto a las personas que los lideran como a las comunidades que participan en ellos», explica Cecilia Pilar.

En concreto en 2023, Manos Unidas y sus socios locales pusieron en marcha 550 proyectos, de los que 119 estaban relacionados con la Alimentación y los Medios de Vida. «En este sector, en el último lustro hemos apoyado 534 iniciativas por un importe cercano a los 47,8 millones de euros», enumera la presidenta de la organización.

Con estos proyectos se apoya a las personas que los lideran, así como a las comunidades involucradas, revela Cecilia Pilar. «Son, en su mayoría, iniciativas de agroecología que tienen como fin que la obtención de alimentos se produzca con unas prácticas respetuosas con el medioambiente, donde se garanticen los derechos de trabajadores, se cuide la tierra y el agua y se empodere a las mujeres, sin olvidar la economía social participativa y los emprendimientos sostenibles o de comercio justo».

Mientras, en España, la ONG realiza actividades de educación para el desarrollo, que promueven la conciencia y la participación responsable de la sociedad en las iniciativas que permiten construir justicia y solidaridad.

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