Las parroquias nombran delegados específicos para abusos que tendrán comunicación abierta con la Oficina de Protección del Menor

El diálogo de la Ejecutiva de los obispos con el papa León XIV sobre el plan de reparación a las víctimas de abusos nos ha hecho poner el foco en la Delegación episcopal para las Causas de los abusos de Valencia, que es de las que más ha avanzado en España, tanto desde la atención personalizada a las víctimas -menores y adultos vulnerables-, como en la formación especializada para quienes tienen responsabilidad o contacto con menores.

La Delegación se ha reconfigurado y esta eficaz labor ha logrado un hito relevante: que cada parroquia haya nombrado un delegado específico para abusos que tendrá comunicación abierta con la Oficina de Protección del Menor. El 28 de noviembre recibirán una nueva formación, como los 2.200 agentes de pastoral y 240 sacerdotes que ya la han recibido. Otra de las novedades este año será la formación dirigida y adaptada a los jóvenes, para prevenir conductas de abusos entre los propios menores y una certificación internacional impartida desde Valencia para todo el mundo.

Desde los primeros protocolos anunciados en tiempo del Papa Francisco, la diócesis de Valencia fue ejemplar en la implantación de la Oficina de Protección del Menor. En la actualidad, el Arzobispo Mons. Enrique Benavent, ha realizado una reconfiguración de las estructuras diocesanas para los casos relacionados con abusos, de manera que la estructura actual consta del Delegado episcopal para las causas canónicas en materia de abusos, el sacerdote Daniel Juan, que está acompañado por los sacerdotes, Alberto Martín y Onofre Gabaldó, cuya función es estudiar las denuncias, o informaciones de las que se tenga conocimiento, según las disposiciones del Derecho, con realización de informes, investigaciones previas (cf. can. 1717) y, en su caso, intervención en procesos penales. Bajo la Delegación se mantiene la Oficina de Protección al Menor (OPM) dirigida actualmente por una mujer, Paula Galdón, que realiza la recepción de información o denuncias, la acogida y acompañamiento a las víctimas, y la organización de planes de formación. Junto a este equipo existe otro grupo de asesoramiento especializado: jurídico, psicológico, espiritual para víctimas -y victimarios-.

Como explican Daniel Juan y Paula Galdón, “hemos dado una mayor visibilidad a la OPM a fin de conseguir una sensibilización en todas las personas que trabajan con menores, facilitando los canales de comunicación. Cada parroquia en la que se desarrollan actividades con menores ha nombrado un delegado para temas de menores que ayude al párroco a tener actualizada la documentación necesaria, a facilitar la comunicación con la OPM y con lo que desde la Oficina se organice, que le pueda ayudar en la implementación del protocolo”.

La labor de esta delegación ha ido creciendo gracias a las fuerzas y entrega de los equipos. Desde el año 2021 se trabajó en la elaboración de un protocolo y un decálogo de buenas prácticas que se explicó en parroquias, colegios diocesanos e instituciones pastorales que trabajan con menores. En el Curso siguiente se realizó una formación para dar a conocer el contenido del protocolo, dirigida sacerdotes de las ocho vicarías de la diócesis de Valencia a la que asistieron más de 2.200 agentes de pastoral y educadores, y más 240 sacerdotes. Ahora de manera habitual se realizan encuentros formativos para tratar aspectos concretos del protocolo, acerca de la prevención, detección y actuación en los casos de posibles abusos a menores, así como a profundizar en el decálogo de buenas prácticas. Asimismo se han llevado a cabo acciones formativas de forma especializada, a directivos de colegios diocesanos, seminaristas, educadores del Hogar de San José de la Montaña, jefes de Juniors y otras instituciones diocesanas.

El próximo 28 de noviembre tendrán una formación especializada para explicarles sus competencias. Pero esta formación alcanza un punto álgido con “una certificación universitaria desde la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad Católica de Valencia, con profesorado internacional y en versión online, que da oportunidad a todos aquellos que tengan alguna responsabilidad con menores o quieran profundizar en estos temas”.

Especialmente relevante en este año es también, en el contexto social que estamos viviendo, lo que tiene preparada la Delegación, como explican Daniel Juan y Paula Galdó, “la elaboración de una formación dirigida y adaptada para jóvenes en el tema de abusos sexuales, de forma que sirva también de prevención en los temas de conductas de abusos entre menores”.

A ello, añaden, seguirán “acompañando a los delegados de menores para que a través de la elaboración de mapas de riesgos y protocolos internos, cada realidad eclesial que trabaje con menores sea un entorno seguro. Y continuar con el programa de formación permanente cada año dirigido a sacerdotes y agentes de pastoral y educadores”.

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Jornada de Oración por las víctimas de abusos en el día universal de la Infancia

La Diócesis de Valencia celebró una Jornada de oración por las víctimas de abusos sexuales coincidiendo con la Jornada Universal de la Infancia. Conjuntamente desde la delegación de las Causas de los abusos y la delegación de Liturgia, pidieron “perdón por los abusos cometidos contra niños por parte de pastores, religiosos y laicos en el seno de la Iglesia que han traicionado su ministerio y la confianza de aquellos que debían proteger: los más pequeños. Oramos para que nunca vuelvan a repetirse semejantes atrocidades, y para que conceda a todos los miembros de la Iglesia un mayor sentido de responsabilidad respecto a los menores a ellos confiados”.

En esta Jornada de Oración, se apoyó “con especial cariño a quienes han sufrido cualquier clase de abuso físico o moral; oramos por ellos, para que puedan reponerse y recuperen la confianza y la esperanza que les fue arrebatada de forma tan injusta” y se pidió “para que todos tengan un hogar y unos ambientes adecuados donde puedan crecer y desarrollarse en paz y armonía, y no tengan que vivir jamás ninguna situación de abuso. Y también por quienes en la actualidad están al cargo de la formación de menores o de la reparación a las víctimas: por los que se dedican a la formación integral de niños, adolescentes y jóvenes, para que sean para ellos reflejo de la ternura, el cuidado y la bondad paterna de Dios, y por cuantos, desde las Oficinas de Protección de Menores, están comprometidos con la atención, la formación y la prevención, para que nos les falten las fuerzas, el ánimo y la colaboración para continuar con esta importante labor”

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