Preside en la Basílica una Vigilia de oración por las víctimas y familias afectadas en la tragedia de Campanar

FOTOS «A. Saiz/AVAN»

El arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, presidió anoche en la Basílica de la Virgen de los Desamparados, una vigilia de oración por las víctimas y las familias afectadas por el incendio del barrio de Campanar en la que pidió «que la Virgen nos ayude a descubrir qué es lo verdaderamente importante y ser más hermanos».

En la Basílica, llena de fieles durante la vigilia, acompañaron al Arzobispo el Obispo auxiliar emérito de Valencia, monseñor Javier Salinas; el Vicario general Vicente Fontestad; miembros del Consejo episcopal; y sacerdotes, así como autoridades del Gobierno de la Generalitat Valenciana y autoridades municipales.

«En la vida, en determinados momentos, experimentamos lo frágiles que somos y nuestra debilidad ,a nivel personal como colectivo, a nivel de nuestra ciudad. Recuerdo que, como Obispo auxiliar, el 3 de julio de 2006 también celebré aquí una eucaristía el día de aquel terrible accidente del metro», señaló monseñor Benavent durante la vigilia, que fue concelebrada por el rector y el vicerrector de la Basílica, Melchor Seguí y Álvaro Almenar, respectivamente.

«Estamos en este momento de oración reunidos ante la mirada de la Santísima Virgen María, en estas circunstancias excepcionales que nos ha tocado vivir. En estos momentos, los creyentes, los valencianos, necesitamos sentir la mirada amorosa de la Virgen María, pedirle su auxilio, su protección, y es expresión de que, en este momento, conviven dos sentimientos en nuestro corazón: dolor, parece que no hay esperanza, y la convicción de que, a pesar de todo, tenemos que esperar en silencio la salvación del Señor. Un sentimiento de fragilidad y dolor que no mata nuestra esperanza en el Señor. Y porque esperamos al Señor, venimos ante la Virgen pidiendo su ayuda, que nos descubra el consuelo de Dios», compartió el Arzobispo.

«Le pedimos a la Virgen tres cosas. En primer lugar, tenemos presentes a todos los que han fallecido en este terrible incendio. Los sentimos como hermanos y miembros de nuestra familia, los llevamos en el corazón. La Virgen tiene en su corazón a los más desamparados, a los que sufren. Por eso, las personas que han perdido la vida son las que tienen que estar más presentes en vuestra oración», precisó.

En segundo lugar, pidió «por sus familias, por todos los que han perdido sus casas, los heridos y sus familiares, que ahora viven momentos de incertidumbre. Que la Virgen les conceda la gracia de vivir estos momentos dolorosos, dramáticos, con esa certeza de que Dios no deja de amarles».

«Cuando vivimos situaciones como éstas, en nuestro corazón salen las preguntas más radicales, como es preguntarse si Dios ha dejado de amarnos. Pedimos a la Virgen por esas personas para que les dé la certeza de que, a pesar de tanto sufrimiento, Dios no deja de amarles. No podemos encontrar la respuesta al porqué, pero el cristiano tiene la certeza de que el amor de Dios es más fuerte que todo sufrimiento, más fuerte que la muerte. Pedimos para que, en lo más profundo de su corazón, lleguen a no dudar del amor de Dios, que es la única esperanza que podemos tener en estos momentos de sufrimiento», subrayó.

«Pedimos también por todos los valencianos que hoy nos sentimos solidarios con todos los que sufren, que no sea un sentimiento que después se olvida, que estos acontecimientos despierten en nosotros sentimientos de auténtico amor y solidaridad, y que estas circunstancias que nos toca vivir como comunidad humana, comunidad de creyentes, nos hagan más hermanos», señaló.

En un pueblo pequeño donde se vivió una gran desgracia, un accidente en el que fallecieron tres jóvenes, una mujer compartió una reflexión que el Arzobispo recordó: «Si pensáramos lo que de verdad es la vida, ante estos acontecimientos seríamos más hermanos. Muchas cosas que nos dividen no lo harían, les damos importancia y no tienen tanta. Por eso, estas circunstancias nos tienen que ayudar a descubrir qué es lo realmente importante, seríamos más hermanos y no nos dividiríamos por cosas secundarias», destacó.

Al finalizar la vigilia, el Arzobispo leyó el telegrama de condolencias para las víctimas y familias del incendio enviado por el Papa Francisco. Igualmente, agradeció todos los mensajes de condolencias y cercanía que ha recibido por parte de los Obispos de la Conferencia Episcopal Española y de otros países.

La vigilia se celebró ante la imagen de la Mare de Déu que preside el altar mayor de la Basílica que luce un crespón negro en señal de duelo por las víctimas y sus familias.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.