Desde la Catedral, a través de su canal Youtube, con la participación del cardenal Cañizares

VALENCIA, 29 JUN. (AVAN).- La diócesis de Valencia retransmitió ayer desde la Catedral, el rezo de un Rosario meditado, preparado por Vírgenes Consagradas de varios países, entre ellas, el grupo de Vírgenes Consagradas del Arzobispado, que contó con la participación del cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares.

En España, el rezo del Rosario tuvo lugar este lunes, retransmitido por el canal Youtube de la Seo, correspondiendo a la diócesis de Valencia los Misterios Gozosos. El resto de Misterios serán rezados el próximo mes de julio, en Santander; en agosto, en Pamplona; y en el mes de septiembre, en Cádiz.
La iniciativa, coordinada desde la Comisión de Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal Española (CEE), surgió ante la suspensión en marzo de 2020, debido a la pandemia, de un encuentro internacional en Roma de Vírgenes Consagradas, donde iban a rezar este Rosario preparado por todas ellas, y ante el llamamiento del Papa a “no apagar la profecía de vuestra vocación y expresarla en la sinfonía de la Iglesia”.

Por ello, desde la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica de la Santa Sede, se les invitó a una oración coral “con la propuesta de un Rosario meditado preparado con la colaboración de mujeres consagradas de muchos países” y “como signo de la comunión que os une en el Ordo Virginum”.

En el encuentro del lunes en la Catedral de Valencia, “abierto a la participación de quien quiera sumarse a la celebración”, tomarán parte las Vírgenes Consagradas de la diócesis de Valencia, que han contado para su organización con el “apoyo total” del cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares; del vicario general de la diócesis, Vicente Fontestad, y el Cabildo Catedralicio, según afirman. En la actualidad, la diócesis de Valencia cuenta con un total de 21 Vírgenes Consagradas.
El “Ordo Virginum”, conocido como orden de vírgenes consagradas, es uno de los carismas que surgió en los primeros siglos del Cristianismo y tiene como peculiaridad esencial vivir una entrega radical al Señor desde la vida cotidiana, siendo representación y figura de la Iglesia, esposa de Cristo, con el propósito santo de guardar castidad y vivir con fidelidad el Evangelio.

Además, las vírgenes consagradas realizan formación periódica, teniendo como una de sus misiones fundamentales la de rezar por las intenciones del Arzobispo, al cual están vinculadas directamente.

(Fotografías: A. Saiz/AVAN)

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