El Arzobispo anima a los nuevos sacerdotes a ser “ministros de la reconciliación” y a “escuchar a los laicos y alentarles para que se hagan presentes en la sociedad”

En la misa celebrada en la Seo, en la segunda jornada de las ordenaciones -divididas en dos turnos para cumplir las medidas frente a la pandemia-, el Arzobispo ha destacado que para llevar a cabo “la nueva evangelización es necesario promoverla, formar, saber acompañar y alentar al laicado en cada una de nuestras comunidades” puesto que “ser pastor es hacer posible que toda la Iglesia sea evangelizadora y que todos se sientan corresponsables en la obra evangelizadora de la Iglesia”.

En su homilía, el titular de la Archidiócesis ha instado a los ordenandos a ser “portadores y maestros de vida que por el Espíritu alberga a Jesucristo, que para vosotros Él sea vuestra vida, que no queráis conocer otra cosa, que no busquéis otro amor o conocimiento que el suyo, sólo Él tiene palabras de vida eterna”.

“Aunque atravesemos tempestades, como la de la pandemia, el secularismo, el olvido de Dios, el relativismo que no reconoce la verdad, estas tormentas de nuestro tiempo, es precios ir a Jesucristo, amarlo y conocerlo de corazón y con el corazón, sin Él nos hundimos, nada podemos, nos vamos a pique”.

Igualmente, “este amor y conocimiento únicamente se aprende en la oración, en la profundidad del silencio de su presencia, y así llega la tranquilidad y la paz”, ha subrayado el cardenal Cañizares, quien ha añadido que “necesitamos espacios que nos permitan un encuentro renovador con Dios, con Jesucristo”.

Dirigiéndose a los ordenandos, el Arzobispo les ha pedido que “antes de predicar, debemos estar con Jesús; antes de ser apóstoles debemos ser discípulos; antes de ser evangelizadores tenemos que ser constantemente evangelizados” y les ha recordado que los sacerdotes “somos ministros de la comunión, que es la Iglesia, porque en su centro está la comunión”.

“Decididos a vencer toda tentación de división, con voluntad de colaborar en el mundo”

Los sacerdotes “en comunión con los Obispos y con el Papa, nunca separados, somos ministros de la comunión eclesial, constituidos para reunir a la comunidad cristiana con la Palabra y los Sacramentos, para presidir la Eucaristía, para impartir el sacramento de la Penitencia que nos lleva a la reconciliación y nos restablece en la Comunión”, ha precisado el Cardenal.

En esa misma línea, en el mundo “fragmentado y a veces contrapuesto que vivimos, que también se refleja en la misma Iglesia, a los presbíteros nos corresponde armonizar, que nadie se sienta extraño en la comunidad de los fieles y llevarlos a todos, en la unidad de los fieles”, ha señalado, añadiendo.

Del mismo modo, el Arzobispo ha indicado que “como ministros de la comunión y la reconciliación, como pastores llamados y elegidos para reunir al pueblo de Dios que estaba disperso, hemos de estar decididos a vencer toda tentación de división, con voluntad de colaborar en el mundo”.

El Cardenal ha recordado la reciente finalización de los trabajos del Sínodo Diocesano y sus frutos, ya que “los sacerdotes tenemos la misión importante e insustituible de evangelizar, como todo el pueblo de Dios, por eso una Iglesia limitada en esa misión por falta de aliento de sus pastores, queda limitada en su ser más propio”.

Asimismo, el Arzobispo ha alentado a los nuevos presbíteros a “vivir la santidad sacramental, con servicio a la comunión” y les ha agradecido su labor porque “vais a acoger al que cae, a curar sus heridas, nada urge tanto como esto: la proximidad y cercanía al hermano que sufre”.

Además, el Cardenal les ha recordado la importancia de la oración, “que es y será el elemento fundamental de vuestra vida sacerdotal, acompañando a vuestro pueblo e intercediendo por él, con una vida austera y sencilla entregada a los demás” y les ha animado a no dejarse “dominar por la tristeza, que paraliza la labor pastoral y hace morir la esperanza y alegría sacerdotal”.

Por último, el titular de la Archidiócesis ha recalcado que “la solidaridad con los sufrimientos y con las reivindicaciones y esperanzas de los más pobres también es signo de una nueva evangelización” y ha pedido “que lleguen nuevas vocaciones” y que los nuevos sacerdotes “cultiven la espiritualidad mariana”.

Dos jornadas de ordenaciones para cumplir la limitación de aforo

Este año, al igual que el anterior, la celebración de las ordenaciones sacerdotales en la Archidiócesis se ha dividido en dos jornadas, ayer y hoy en la Catedral, para cumplir las medidas de aforo establecidas por la pandemia.

En la primera jornada, ayer sábado, se ordenaron seis diáconos: Santiago Piñeiro (27 años, de Valencia), Catalin Tantan (28 años, de Rumanía), José María Saorín (40 años, de Valencia) y Manuel Jesús Monteagudo (43 años, de Paterna), los cuatro del Colegio Seminario de la Presentación de la Virgen María y Santo Tomás de Villanueva, junto con Francisco Magaña (30 años, de Valencia), de la congregación Cooperadores de la Verdad de la Madre de Dios, y Eloy Costa (26 años, de Xàbia), del Real Colegio Seminario de Corpus Christi de Valencia “El Patriarca”.

Por su lado, hoy domingo han sido ordenados cinco diáconos: procedentes de “El Patriarca”, Carlos Camallonga (27 años, de Anna) y Vicente Miguel Planells (24 años, de Esquel, en Argentina), junto con Lucas Blanes (25 años, de Gandia), José Forner (28 años, de Alzira) y Sergio Pelarda (35 años, de Vilamarxant), los tres del Seminario La Inmaculada de Valencia.

Las dos misas se han celebrado cumpliendo todas las medidas establecidas frente a la pandemia y, además, han sido retransmitidas a través del canal Youtube de la Catedral de Valencia y concelebradas por numerosos sacerdotes, entre ellos los rectores y formadores de los Seminarios, miembros de la Curia Diocesana y del Cabildo.

Fotografías: Arriba, el Arzobispo y todos los sacerdotes ordenados este fin de semana. En las imágenes laterales, las ordenaciones de este domingo (Firma: Víctor Gutiérrez) y las dos imágenes de abajo, del sábado (Firma: Alberto Sáiz)