No se pueden entender la advocación a la patrona de los valencianos sin conocer el espíritu que animó la constitución de lo que hoy es la Archicofradía de la Mare de Déu, hace ya más de seis siglos. La fe, la devoción a la Virgen y la orientación religioso-asistencial de los cofrades dieron origen a la imagen de Santa María de los Santos Inocentes Mártires y Desamparados. Sus fines, desde entonces, han sido amparar, proteger y servir a los enfermos.

Antigua cerámica que recuerda el origen de la Archicofradía de la Virgen de los Desamparados. FOTO: M.GUALLART

 BELÉN NAVA | 19.05.2022
Este año, la celebración de la Pascua del Enfermo, se encuentra íntimamente ligada a la celebración del Año Jubilar del Centenario de la Coronación de Nuestra Señora la Virgen de los Desamparados, que acabamos de comenzar. Se quiere recordar el sentido de la advocación de la Virgen de los Desamparados, ligada a los enfermos, a los que sufren, a los desamparados…y para ello es necesario remontarnos seis siglos en la historia. Concretamente al año 1409 cuando fray Joan Gilabert Jofré fundó el Hospital de Ignoscents, Folls e Orats, el primer manicomio que se construyó en Europa y que se encontraba próximo al antiguo Portal de Torrent o ‘dels Innocents’, situado cerca del cruce de la calle Hospital con la calle Guillen de Castro.

El 24 de febrero de 1409, cuando el Padre Jofré se dirigía a la Catedral a pronunciar el sermón del primer día de Cuaresma, presenció como un grupo de gente perseguía a un joven demente, gritando “¡al loco… al loco!” mientras lo apedreaban. El religioso se enfrentó a ellos y pidió compasión y respeto para el demente, lo llevó a su convento, donde lo cobijó tras curar sus heridas. Cuando llegó a la Seo, decidió cambiar el mensaje de su predicación tras subir al púlpito. Entonces, pidió a la feligresía que tuvieran caridad para los enfermos dementes.

El mensaje fue tan claro y directo que un comerciante de nombre Llorenç Salom decidió reunirse con otros mercaderes de Valencia, y transmitirles las palabras del Padre Jofré. Poco tiempo después, todos ellos ofrecían su apoyo económico para fundar el que sería el primer hospital de locos o manicomio del mundo. Tan solo un año después, quedó abierto el manicomio con la expedición, por parte del rey Martín I el Humano, de las nuevas constituciones del ‘Spital de Ignoscens, Folls e Orats’ ya que hasta entonces se habían regido por unas provisionales.

Bula papal
El papa Benedicto XIII expidió el 26 de febrero de 1410 la bula de fundación del hospital (Super Hospitali Innocentum) bajo el patronazgo de los Santos Inocentes Mártires, autorizando la creación de una capilla, un cementerio y una capellanía que tuviese a su cargo la administración de los sacramentos a los enfermos del recién creado hospital. Éste se mantenía con el dinero que entregaban los benefactores y con limosnas. A pesar de las “apreturas”, es en estos años cuando comienza a construirse la puerta gótica -que aún se conserva- y que se convertiría en la entrada principal al centro sanitario.

Un trato más humano
El trato de los enfermos mejoró mucho con el Padre Jofré ya que, hasta ese momento, los dementes permanecían encerrados o encadenados a sus camas en sus casas. Con el tratamiento y con las instalaciones con las que se contaba, el hospital pronto se convirtió en referente mundial al trato de los dementes ya que se entendía de manera diferente la actuación y el cuidado de esta clase de enfermos.

Nace la cofradía
El 11 de marzo de 1413 se aprobó la creación de una cofradía y el 1 de agosto de 1414 el rey Fernando de Antequera firmó el privilegio de fundación de la Cofradía de ‘Nostra Dona Sancta Maria dels Ignoscents’, entre cuyos objetivos se encontraba la asunción del costo del mantenimiento del hospital, ayudar y servir a los dementes, enterrar los cadáveres de los ajusticiados y los desconocidos y acompañar a los reos de muerte hasta el cadalso.

El 3 de octubre del año 1416, el rey Alfonso el Magnánimo firmó un real privilegio autorizando la realización de una imagen para la cofradía. Ya en el año1417 hay constancia de la primera noticia que habla de la existencia de una imagen perteneciente a la cofradía. La imagen tomó, posteriormente, el nombre de ‘Nostra Dona Sancta María dels Ignocents’ al que se añadía en ocasiones también ‘dels folls’ (locos), pero en 1493 por un Real Privilegio del rey Fernando el Católico se decidió que a partir de ese momento la imagen fuera denominada como ‘Nostra Dona dels Desamparats’.

Médicos ilustres
Numerosos médicos fueron los que pasaron por el sanatorio, algunos de ellos muy conocidos para la sociedad valencianos como es el caso de Jaume Roig o de Lluís Alcanyís.

En 1493 el Hospital dels Folls es ampliado y reformado. El edificio constaba de dos enfermerías, que siguiendo un modelo surgido en Italia permitía que los enfermos estuvieran separados por dolencias y que también se crease un pabellón de mujeres y uno de hombres de forma que se pudieran controlar desde un espacio central.

Unificación
El Hospital General de Valencia fue fundado en 1512 mediante una sentencia arbitral de los jueces árbitros de la ciudad de Valencia a partir de la unificación de varios de los hospitales existentes haciendo valer un decreto de Fernando el Católico. Así, se creó el Santo Hospital General de Valencia, que se ubicaría sobre el hospital fundado por el Padre Jofré y que englobaría todos los hospitales de Valencia -el Hospital de Pobres Sacerdotes, el de San Antonio, el de En Conill y el de En Bou- a excepción del Hospital de Sant Llátzer, fundado en 1240 para atención a leprosos y enfermos contagiosos, que dadas sus características actuaba de forma independiente.

El hospital, entonces, volvió a reformarse para dar cabida a todos los enfermos. De las dos plantas que disponía el edificio, la planta inferior estaba dedicada a los hombres, mientras que en la superior se encontraban las mujeres.

El altar del piso inferior se dividía en cuatro: en el lado norte Cristo Crucificado; en el sur Nuestra Señora de los Agonizantes, en el este San Vicente Ferrer y hacia el lado oeste Santo Tomás de Villanueva. De esta manera, además, se distribuía a los enfermos según su dolencia: fiebres, sífilis, heridos, locos y abandonados.

Es en 1545 cuando el hospital sufre un devastador incendio. En 1664 el cirujano Vicente Navarro sufragó la construcción de un segundo crucero. Posteriormente, en los siglos XVII y XVIII se fueron añadiendo diversas dependencias y salas llegando a constituir un gran conjunto hospitalario.

Ya en 1933, se realizó el proyecto de un nuevo Hospital Provincial y en el año1946 se iniciaron las obras del actual Hospital General en el emplazamiento de la avenida del Cid.

Padre Jofré, el gran impulsor de la devoción a la Virgen

Juan Gilabert nació en Valencia, el 24 de junio de 1350. Según sus biógrafos, la familia del futuro fraile vivía en la céntrica calle Chofrens, encabezada por el reconocido abogado Francisco Gilabert y su esposa, Violante. El matrimonio, junto a Juan, tuvo otros tres hijos, Jaime, Jofré e Isabel. Recibió el bautismo en la parroquia de San Martín, en cuya circunscripción se hallaba entonces y continúa en la actualidad la calle que le vio nacer. Pronto tendría inquietud vocacional el joven Juan, que desde pequeño estuvo en contacto con la orden mercedaria.

A la edad de 21 años solicitó el hábito en la orden, que recibió en el monasterio de Santa María de El Puig, en el año 1370. Cuatro años después recibió la consagración sacerdotal e inició su labor de predicador. Durante diez años recorrió el reino de Valencia y Castilla desempeñando una notable labor de predicación.

Cristianos cautivos
El padre Jofré demostró desde el inicio de su labor pastoral gran interés por la redención de los cristianos cautivos, obra carismática de la orden de la Merced desde su fundación. Se le atribuye participación en varias redenciones, especialmente en el norte de África, y defendió arduamente el privilegio exclusivo, o ‘privativa’ de la orden a la recaudación de limosna y legados destinados a estas redenciones. Durante estos años aprendió diferentes terapias usadas por los musulmanes para tratar y calmar a los que padecían algún tipo de enfermedad mental.

Cauto y prudente
Dentro de la orden mercedaria, y en los diferentes cargos que en ella ostentó, el padre Jofré, ‘bachiller, licenciado y doctor en Decretos’ (Derecho), demostró habilidad jurídica para tratar asuntos importantes, así como dotes de gobierno, prudencia y firmeza para defender sus derechos. Desgraciadamente, le tocó vivir el Cisma de Occidente que mantuvo a la Iglesia dividida durante casi 40 años y que afectó de forma negativa a la propia orden de la Merced. Fueron varios los cargos que Gilabert desempeñó en la orden, pero fue el período al frente del Convento de Valencia, entre 1408-1410, el que marcó un antes y un después en su trayectoria como predicador y en su legado a la tradición y devoción valenciana. Es en este momento cuando se funda el ‘Hospital dels Innocents e furiosos’.

Terminado su mandato en Valencia, el padre Jofré retomó la acción predicadora, realizando un viaje apostólico junto a su compañero y amigo dominico Vicente Ferrer. Desde su muerte, tanto el pueblo de El Puig, como Valencia y la orden mercedaria hacía referencia a la vida y legado del fraile como beato Fray Juan Gilabert, de lo que se desprende la fama de santidad y consideración como tal del pueblo valenciano. El proceso de beatificación del padre Jofré se instruye en Roma ya en su fase final

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