El Vicario General, Vicente Fontestad, presenta las acciones desarrolladas por parroquias y entidades que han multiplicado su labor de ayuda y evangelización
 
Archidiócesis de Valencia, 10 Junio.- El Vicario General y de Economía de la Archidiócesis, Vicente Fontestad, ha anunciado que el Cardenal Arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, erigió el pasado 21 de febrero una parroquia personal para la comunidad católica africana “para que aquellos que lleguen por primera vez, encuentren un lugar donde ser atendidos espiritualmente, encontrar amigos y donde puedan celebrar su fe conforme a su lengua y costumbres propias”.

Como ha explicado Vicente Fontestad, esta nueva parroquia personal, bajo la advocación de Nuestra Señora de África y ubicada en el templo de San Mateo, en la Avenida Doctor Waksman de Valencia, “es una de las iniciativas puestas en marcha en la Archidiócesis durante la situación de emergencia por la pandemia, entre las que destaca la constitución de una Comisión diocesana de lucha contra el paro y a favor del empleo digno y la regeneración social, plural y disciplinar”.

Parroquias e instituciones aumentan su labor de ayuda y evangelización

El Vicario general ha explicado que durante el periodo de confinamiento, “los sacerdotes han querido estar cerca de sus feligreses, les han acompañado, con una labor increíble de creatividad para hacer posible que la comunidad cristiana los percibiese a su lado, a través de la celebración por medios digitales de misas, reflexiones, oraciones, adoraciones del santísimo, encuentros y preparación de Catequesis, entre otras”.

Asimismo, “se ha procurado que la familia sea una Iglesia doméstica donde se rezaba y transmitía la fe, que los padres tomen conciencia de que son los verdaderos catequistas y responsables de la fe de sus hijos”, ha señalado.

Los párrocos “han estado en contacto con los enfermos y con los grupos parroquiales, a través del teléfono y otros medios, se ha distribuido la Comunión a los enfermos más graves y en algunas parroquias se han creado grupos de feligreses que llamaban diariamente a personas enfermas o que vivían solas”. En cuanto a los fallecimientos, “se ha acompañado a las familias al cementerio, se ha rezado un responso antes de la inhumación, a la espera de poder celebrar funerales cuando sea posible”.

Otras acciones han sido “el contacto con los jóvenes de la diócesis, con charlas por videollamada, y con los alumnos de los colegios, y las campanas de todos los campanarios han sonado cada día a las 12 horas para anunciar un momento de oración por los fallecidos y sentir que la parroquia estaba a su lado”. Todas estas iniciativas demuestran que “los párrocos han estado con sus feligreses, participando de sus mismas dificultades y esperanzas”.

Además, “el Arzobispo de Valencia ofreció a las autoridades autonómicas y locales las casas de ejercicios y los templos que fuesen necesarios para la asistencia sanitaria frente a la pandemia, y colaboración tanto en instalaciones como en acciones de atención a los más necesitados”.

Acompañamiento fundamental del Arzobispo a fieles y sacerdotes

Otro aspecto a destacar ha sido “la comunión y fraternidad entre los sacerdotes a través de distintos medios en los que han compartido oraciones y experiencias, y en este sentido ha sido fundamental el acompañamiento que los fieles y los sacerdotes hemos tenido por parte de nuestro Arzobispo, a través de sus cartas, que nos han ayudado a vivir entregados a nuestra misión evangelizadora y caritativa, nos ha recordado el sentido de nuestra vocación, las normas a seguir y la obligación de cumplirlas, y dio instrucciones a los capellanes y personas idóneas para que estuviesen atentos al acompañamiento de los enfermos”.

Los sacerdotes “nos hemos sentido acompañados, orientados y animados por nuestro Pastor, y eso ha hecho que los mismos sacerdotes hicieran lo mismo con sus feligreses, y don Antonio también ha estado atento respecto a los religiosos, las comunidades contemplativas, las familias, las cofradías de Semana Santa, entre otros”.

Además, durante el confinamiento también se han incrementado las solicitudes de ayuda debido a la crisis económica y de empleo generada por la pandemia, y desde las que se han procurado bancos de alimentos y acompañamiento.

Por esta razón, la campaña #Yotambiensoyparte, impulsada por el Arzobispado de Valencia en mayo, muestra a través de testimonios personales la labor continuada que está realizando la Iglesia valenciana desde sus diferentes realidades pastorales, con el objetivo de que “los fieles tomen conciencia de que pertenecen a una parroquia y que deben ayudarla para poder seguir colaborando con la Iglesia en todos los sentidos: litúrgico-celebrativo, pastoral-catequético y caritativo-social”.

Igualmente, “ha sido fundamental la labor de la Basílica de la Virgen y la retransmisión diaria de dos misas a través de La Ocho Mediterráneo, al igual que otros programas religiosos, también a través de Trece TV, sin olvidar la emisión de la misa dominical en valenciano por la cadena À Punt”.

Acciones desarrolladas en la Diócesis

Cáritas Valencia ha invertido más de 530.000 euros en la atención a las personas más vulnerables de nuestra sociedad desde el inicio del Estado de Alarma, inversión que se ha repartido entre sus programas de atención a personas y familias en situación de sin hogar, mujeres en contexto de prostitución, migrantes y menores de edad, y en la atención a necesidades básicas a través de la red de Cáritas parroquiales.

La diócesis de Valencia cuenta con una red de instituciones y asociaciones dedicadas a la atención de las personas más vulnerables, y que han mantenido su actividad durante el Estado de Alarma, respetando las indicaciones de las autoridades sanitarias y adaptando sus canales y medios de atención.

Entre ellos, la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en Valencia sigue atendiendo a personas sin hogar en el albergue que rige en la capital, con sus 50 plazas ocupadas, y en la red de 14 viviendas, donde residen 48 personas.

La delegación de Migraciones del Arzobispado ha duplicado la atención a familias de inmigrantes desde su sede en la parroquia san Miguel de Soternes de Mislata. Del mismo modo, el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) atiende “cualquier duda o cuestión sobre temas de extranjería o asilo en la situación actual de alarma” en su teléfono 96 315 22 20.

Igualmente, la Ciudad de la Esperanza (CIDES) permanece plenamente operativa en Aldaia (Valencia) donde atiende a un total de 155 personas sin hogar y en riesgo de exclusión social.

La Fundación MAIDES (Mare de Déu dels Innocents i Desamparats) dedicada a la atención a personas con enfermedad mental grave y en riesgo de exclusión social, atiende a 80 personas en sus viviendas tuteladas, y también en acompañamiento domiciliario.

Por su parte, el Servicio de Acompañamiento y Mediación del Tribunal Eclesiástico de Valencia (SAMIC) integrado por un equipo multidisciplinar, continúa prestando su servicio de manera gratuita y no se ha visto interrumpido durante el estado de alarma.

Así lo han advertido sus profesionales, psicólogos y psiquiatras, antropólogos y sacerdotes, a través de las más de 500 llamadas de acompañamiento y ayuda realizadas a personas en esta situación de conflictividad durante el periodo de confinamiento.

Se trata de matrimonios en proceso de nulidad matrimonial o personas que habían sido usuarias del Tribunal Eclesiástico durante los últimos años y, en concreto, se ha fomentado la mediación en un total de 260 familias rotas.

Las primeras llamadas, un 54 por ciento del total, se hicieron a familias más vulnerables económica y psicológicamente, explica su director, Jorge García Montagud, que afirma que la «sorpresa» ha sido advertir la fortaleza del ser humano «cuando se da la oportunidad a que la familia se fortalezca y sostenga a sus miembros».

De igual manera, distintas órdenes y congregaciones religiosas en la diócesis de Valencia han puesto en marcha iniciativas para hacer frente a la pandemia y ayudar a las familias más afectadas. Entre ellas figuran las religiosas Madres de Desamparados y San José de la Montaña que han aumentado el reparto de comida a las puertas de la iglesia de su Casa General en Valencia.

Jóvenes religiosas de la congregación Pureza de María de Valencia, en el colegio de la Avenida del Cid, cocinan cada fin de semana durante el estado de alarma para 40 personas en pobreza extrema a las que les entregan, junto a la comida en una bolsa, un escrito personal en el que les dan ánimo y les recuerdan que rezan por ellos.

Por su parte, religiosas del instituto de vida consagrada Iesu Communio han confeccionando en su convento de Godella (Valencia) cientos de batas y gorros sanitarios para el personal en asilos, hospitales y centros de salud.

Junto a esta ayuda, se unen sus oraciones diarias por el fin de la pandemia y por los fallecidos y sus familias. Es el caso también de las Hijas de la Sagrada Familia del monasterio Belén de la Inmaculada, de Agullent, única comunidad religiosa contemplativa de esta congregación presente en la diócesis de Valencia, que ha impulsado una cadena de oración frente al coronavirus.

En cuanto a la ayuda sobre adicciones, la Fundación Arzobispo Miguel Roca – Proyecto Hombre continúa la atención a todas las personas en tratamiento “a través del teléfono y videoconferencia”. También los programas “Retrouvaille”, que se dirigen a parejas en conflicto a causa de adicciones por drogodependencias, el juego o en situación de violencia.

El Centro de Escucha San Camilo de Valencia del Centro Arrupe ofrece “ayuda para enfrentarse a situaciones difíciles o conflictos emocionales a través de la escucha” a personas en crisis familiar o de pareja, afectadas por experiencias negativas o hechos traumáticos, en depresión o crisis de ansiedad.

En cuanto al acompañamiento a mujeres en contexto de trata y prostitución, Cáritas Jere-Jere, la comunidad Auxiliares del Buen Pastor-Villa Teresita y la Fundación Amaranta, entre otras, continúan en Valencia su labor con mujeres en situación de exclusión social, procedentes de estos contextos.

La asociación provida Spei Mater continúa su atención en el proyecto Ángel, de atención a mujeres embarazadas en dificultad y el proyecto Raquel, para ayudar a las personas necesitadas de sanación del síndrome post aborto. Mientras que la Casa Cuna Santa Isabel, regida por las religiosas Siervas de la Pasión, acoge a mujeres que carecen de recursos económicos.

Llamada a la acción: Campaña de la Renta y Donoamiiglesia.es

No es posible cumplir con esta acción evangelizadora y misionera de la Iglesia sin los recursos necesarios. Por eso se invita a los fieles que puedan, a ser solidarios con su parroquia, en la web www.donoamiiglesia.es, pues cada vez son más las necesidades de nuestra aportación económica a los que están pasando hambre ya, a los parados, a las Cáritas parroquiales, a las parroquias, que tanto están haciendo. Esto permite que en cinco días la parroquia reciba el donativo mientras el donante percibe un beneficio fiscal en su renta entre un 80 y un 35% de lo que ha donado.

Al respecto, el Vicario General ha recordado que este mes de junio termina la declaración del impuesto sobre la Renta (IRPF) y ha subrayado la importancia de poner la cruz en la casilla de la Iglesia “para que reciba ese 0,7 % que se multiplica por tanto en la labor evangelizadora y la misión caritativa que tiene la parroquia y las diócesis”.

(Fotos: Víctor Gutiérrez.)

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